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Primeros signos de la enfermedad en las encías

El mal aliento es un factor decisivo tanto en los negocios como en la vida personal nuestra. Y si bien los refrescantes del aliento o los caramelos lo ocultan, lo hacen de manera temporal. Si utilizas un enjuague bucal, busca uno que sea antiséptico (mate los gérmenes que causan el mal aliento) y que reduzca la placa.

La verdad es que la mayoría de las personas solo cepillan sus dientes durante 30 a 45 segundos, lo que no es suficiente. Para limpiar todas las superficies de los dientes de manera eficiente, debes cepillarlos durante al menos 2 minutos, como mínimo dos veces al día. Recuerda cepillar también tu lengua, las bacterias aman quedarse allí. También es importante utilizar el hilo dental porque solo cepillarse no eliminará la placa dañina y las partículas de los alimentos que se pegan entre los dientes y las encías.

La boca está llena de bacterias. Estas bacterias, junto con las mucosidades y otras partículas, están constantemente formando una “placa” pegajosa e incolora que se deposita sobre los dientes. Cuando la placa no se elimina, se endurece y forma unos depósitos llamados “sarro” o “cálculo”, que el simple cepillado no puede remover. Solamente una limpieza profesional hecha por un dentista puede eliminar el sarro.

Mientras más tiempo permanezcan la placa y el sarro sobre los dientes, más daño pueden hacer. Las bacterias causan una inflamación de las encías que se llama “gingivitis”. Si una persona tiene gingivitis, las encías se enrojecen, se inflaman y sangran fácilmente. La gingivitis es una forma leve de enfermedad de las encías que, por lo general, puede curarse con el cepillado y el uso de la seda dental a diario, además de una limpieza periódica por un dentista o higienista dental. Esta forma de enfermedad periodontal no ocasiona pérdida del hueso ni del tejido que sostiene los dientes.

Cuando la gingivitis no se trata debidamente, puede convertirse en “periodontitis”. Esto quiere decir “inflamación alrededor del diente”. En la periodontitis, las encías se alejan de los dientes y forman espacios o bolsas que se infectan. El sistema inmunitario del cuerpo lucha contra las bacterias a medida que la placa se extiende y crece por debajo de la línea de las encías. Las toxinas de las bacterias y la respuesta natural del cuerpo contra la infección empiezan a destruir el hueso y el tejido conjuntivo que mantienen a los dientes en su lugar. Cuando la periodontitis no se trata debidamente, los huesos, las encías y los tejidos que sostienen los dientes se destruyen. Con el tiempo, los dientes pueden aflojarse y hay que sacarlos.

 

 

¿ Por qué necesito frenos ?

 

 

Los Frenos o Tratamiento de  ortodoncia es una especialidad en la odontología encargada de corregir la posición defectuosa de los dientes. Aunque se recurre a ella con fines estéticos, también es importante a nivel de salud bucal.  Llevar ortodoncia no solo sirve para lucir una sonrisa perfecta, sino para solucionar otro tipo de complicaciones, como la masticación defectuosa.

 

Una de las dudas principales al tener que iniciar este tipo de tratamiento es la edad. Los profesionales recomiendan pedir consejo al odontólogo, ya que en función de la gravedad del caso llevar ortodoncia podrá esperar o no un tiempo. En muchos casos es recomendable esperar a la adolescencia, ya que en la niñez los dientes todavía están en formación.

 

El tratamiento con ortodoncia puede realizarse con dos tipos de aparatos, en función de la gravedad del caso. Los aparatos removibles son fácilmente manejables y se pueden quitar durante las comidas, pero se aplican para corregir defectos leves. Los aparatos fijos, en cambio, sólo son manipulables por el dentista y se aplican para corregir defectos más graves, porque son más eficaces. En ambos casos la duración del tratamiento dependerá del caso concreto del paciente. Además, los dientes tienden a regresar a su posición original, por lo que después de estos tratamientos se aplican unos aparatos retenedores para mantener la buena posición de los dientes.

 

Hay otros factores que pueden determinar el éxito o el fracaso del tratamiento con ortodoncia, como por ejemplo la higiene . La revisión periódica por el odontólogo y el mantenimiento adecuado de los dientes después del tratamiento serán clave para lograr una sonrisa perfecta gracias a la ortodoncia.

 

 

Prevención de problemas dentales en los niños

 

 

Desde la infancia debemos promover un buen estado de salud bucal y enseñar a los más pequeños y a sus padres a cuidar de sus dientes y encías para que en el futuro tengan los mínimos problemas posibles.

 

La Academia Americana de Odontología establece que los periodos de visita al dentista deben ser en base a las necesidades individuales de cada niño, así como también se debe considerar de manera muy especial los factores de riesgo presentes en cada uno, es por ello que en una familia donde hay tres niños podemos encontrar que uno de ellos es completamente sano, otro ha tenido episodios esporádicos de caries, y el otro siempre presenta problemas dentales graves (caries, abscesos, inflamación de las encías, sangrado de las encías, fractura de dientes por caídas, entre otros). Esto se debe a que las condiciones del ambiente oral en cada persona es diferente y la periodicidad de la visita de la atención profesional va a variar en cada uno de ellos: cada 6, 4 o 3 meses respectivamente.

 

Entre las muchas ventajas de la atención dental en odontología podemos destacar las siguientes:

 

  1. Disminuye el miedo al dentista: debido a que el niño que inicie su atención periódica en odontología desde que es bebé, usualmente no es sometido a experiencias desagradables como uso de anestesia, dolor dental o cavidades cariosas profundas, porque las mismas se previenen.
  2. Prevención de mal oclusiones: los problemas de falta de espacio, pueden interceptarse, desde la infancia temprana.
  3. Bajo costo: los tratamientos preventivos resultan ser más económicos que los curativos.